Desaparecí porque me pediste que lo haga, me encerraste en una urna de cristal y empecé a amarte más que a mi propia libertad; soy bella como un ave cuando extiende sus alas en lo alto del altiplano, pero tuviste que enjaularme para apreciar y amar mi belleza.
Desaparecí tras tus celos absurdos y sin sentido. Poseías mi mente y mi cuerpo [cuando me dabas permiso], y no te bastó, nada era suficiente. El invierno se fue y me traicioné cuando llegó la primavera, cuando sentada frente a una taza de café y con un libro entre las manos decidí recuperar mis alas sin avisarte. Cola de caballo, argollas, delineador negro y un escote me impulsan tras unos rulos rojos; camino, camina, me pasa, la pasa, sonríe, sonrío, entra un bar, entro a un bar, una copa en la barra, una mueca, camina al baño...
Desaparecí. Me perdí días en desiertos de polvo, en olores que nublan mi mente; me ahogué en lagos de sabanas blancas y mares de ron. Desaparecí y me enredé en piernas largas, en hojas húmedas que trajo consigo el mes de enero; le fallé a quien creí amar, me falle a mí misma.
Desaparecí. Sigo aquí contigo y sin mí.
3 comentarios:
vuelves, t pierdes un toque.
A.
No.
No desapareces.
Aunque eres invisible te veo atraves de mi.
Siempre logras verme, S.
Es por eso que quizas seguimos tan cerca.
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