17 de enero de 2019

Contenedor

Contenedor.

contenedor, contenedora
adjetivo
  1. 1.
    Que contiene.
    "su perfil quedó inserto difusamente en una vitrina contenedora de una colección de trajes de luces"
  2. 2.
    nombre masculino
    Recipiente metálico o de otro material resistente, de gran tamaño y provisto de enganches para facilitar su manejo que se usa para depositar las basuras en las calles.
    "un contenedor de vidrio; muchas ciudades ya han emprendido campañas para acostumbrar a los ciudadanos a separar los distintos tipos de desechos y arrojarlos en distintos contenedores"
    sinónimos:container.

Vacio.
Dolor.
Color.

Materia dura. Masa concreta, pesada, arrugada. 
Espacio. 
Luz. 
Agudos. 
Hombros.
Oidos.
Piel.  
Siento. 

Me sobo los codos solo para saber si aún los tengo.
Sonrio. 
Me balanceo al ritmo.
Piso.
Salto. 
Me abrazo.
Tiemblo.
Siento.

Gotas de sudor rudan entre los lunares. 
Acoje.
Encarana.
Alberga.
Guarda.
Recupera.
Sana.
Escucha.


Cuerpo siente.
Cuerpo siente.
Cuerpo contiene. 

22 de diciembre de 2017

Que no termine

Existen días 
Padan días 
Hay días 
No pasan días 
Terminan días
No terminan los días

No termina

Terminan cuando la música lo inunda todo 
Termina cuando la sangre tiñe cada color 
El rojo,  el guinda, el rojo de nuevo
El negro, el blanco, el negro, la sangre
El guinda otra vez
El guinda

No termina
No terminan hasta que termines 
Hasta que otro guinda caliente tus mejillas
Hasta  que otro rojo manche sus piernas
Hasta que la musica más alta sea tocada 
Y la más fuerte melodía sea escuchada

No terminan 

No terminan las noches o la noche 
Es tu noche y es mi noche 
Es la noche, nuestra noche, la única noche 
La única fantasía. 

Que no termine 
la más sangrienta fantasia, 
melodiosa, aterciopelada y dulce 
como tu voz que trepa por mis piernas 
que araña mis caderas que tiemblan al compás.  

12 de noviembre de 2017

Soñé

Soñé. Soñé que llevaba un hermoso vestido que dibujaba la linea curva de mis caderas. Soñé y mi sueño fue tan real que temblé sintiendo el frío subir por mi espalda, sintiendo la humedad bajar por entre mis piernas.
Soñé con voces, gritos, risas y llantos. Ninguno de ellos mío. Mío solo era el silencio.
Miré. Abrí los ojos y miré. Cerré los ojos y seguí mirando. 

7 de octubre de 2016

Te extraño mujer del corazón gigante

Todxs somos reemplazables. Todxs. Siempre he creído esa frase que decía mi abuela, dura pero real. "No necesitas de nadie- decia-, sola has nacido y sola te va a morir". Siempre me pareció una exageración, pero en el contexto en el que me lo decía, siempre fue un alivio para mi corazón roto.
Tan reemplazables somos que he tenido muchas mejores amigas,  he tenido hermanas y he tenido madres. Madres que me han sermoneado cuando lo necesité,  que se quedaron conmigo de madrugada cuando tuve miedo y que cruzaron la ciudad entera porque estaba enferma.
Hoy que mi mundo tiembla siento la inmensa necesidad de ella. Hoy que tengo miedo y que no sé caminar porque tengo las rodilla dobladas necesito a esa mujer de corazón gigante, nariz fría y abrazos cálidos. Necesito canciones tocadas en una guitarra vieja. Necesito consejos de conejo y palmaditas en el poto para dormir.
Quiero pegarme a la pared, quiero hacerle sitio en mi cama, quiero despertarla a besos y jugar a las cosquillas. Hoy quiero almorzar arroz con palta y ver televisión toda la mañana. Quiero sentir el olor asido de su perfume y que me despierte de esta pesadilla.
Quiero cerrar los ojos fuerte y escuchar su voz, sentir el ritmo de su risa. Quiero sentir que ne abraza cuando duermo y que me despierto junto a ella. Quiero tanto y sueño tan poco.
La verdad es que hoy que mi mundo tiembla, me resulta imposible no derramar lágrimas negras pensando en el silencio de su voz ausente, de su vacío en mi espacio, del silencio en mi corazón, del polvo acumulado en las cuerdas de guitarra. 
Mamá, sí,  tú mamá, tú que no me lees, que no me aconseja, tú que no estás, no eres remplazable. Hoy con el mundo destruido durante el temblor solo puedo pensar en la falta que me haces, en la falta que me hacen tus consejos, tus palabras, tus abrazos y tus besos con narices frías.
Tan reemplazables somos que me vuelvo loca tratando de imaginar o de recordar el sonido de tu voz, el movimiento de tus manos mientras me abrazaban.
Me encantaría decir que lo lamento, que si yo hubiera sabido el corto tiempo que te tendría lo habría hecho todo difernete, te habría hecho más masajes, te habría besado más, te habría preguntado muchas cosas, te habría pedido consejos que jamás tomaría, te habría tocado hasta poder recordar cada peca y cada marca de tus brazos. Pero lo sabía y te tenía miedo.
Hoy también tengo miedo. Tengo miedo porque no puedo escuchar tu voz en mo cabeza,  porque puedo verte sentada en sillón blanco tocando la guitarra, pero la película ha pedido el sonido.
Tengo miedo y no estás a mi lado y no sé qué me dirías y hoy más que nunca, con el mundo de cabeza, amaría tenerte parq un consejo más uno que hace catorce años no pude pedir.
Tan reemplazable somos todos que los reemplazaría a todos por 5 minutos a tu lado.

30 de septiembre de 2016

¿Acabó ya el temblor?

¿Qué pasa cuando termina el temblor? No es que esté tratando.de citar a Soda o algo así. Solo que el temblor ha pasado y no sé si he quedado en pie, de rodilla o acostada.
Ya no me tiemblan las rodilla pero siento el temblor ahogado en mi pecho, el dolor en las cosillas, la garganta desgarrada y la cara colorada.
7 años 7 meses y 16 días de temblor, vértigo y mariposas en la panza han terminado y mi nariz helada no sabe si enterrarse en nuevos sabores o limpiarse las lágrimas.
Todo acaba. El punto final llega ala cuentos. Los finales felices pasan en las novelas. La vida real es menos colorida. Pálidas eran tus manos sobre mis muslos, hoy helados y firmes alejados del temblor de sentir tus piernas entre las mías. Hoy mis labios no queman y mi cuello no se vestirá a juego con Octubre. Pero me siento muy cercana a ese mes, me siento muy herida y sobre todo, me siento apaleado y amarrada a una columna después de una traición.
Aún puedo escuchar tu voz retumbando en mis oídos diciendo que me amas antes de dormir, aún siento tu espalda en mis labios, aún siento tus caderas junto a las mías y aún puedo ver el vaso llenarse de lágrimas derramadas.
Esa última gota se ríe, es casi un triunfo para ella ser la última y ver como chorrean las demás temerosas pero decididas a mezclarse con la madera. Qué poético, 7 años, 7 meses y 7 soles vale nuestro amor. En esa fosa donde enterraré millones de peluches y fotos meteré también esos 7 soles con una sonrisa. 7 años, 7 meses, 7 soles y 7 lunas voy tardaré en olvidar.