30 de septiembre de 2016

¿Acabó ya el temblor?

¿Qué pasa cuando termina el temblor? No es que esté tratando.de citar a Soda o algo así. Solo que el temblor ha pasado y no sé si he quedado en pie, de rodilla o acostada.
Ya no me tiemblan las rodilla pero siento el temblor ahogado en mi pecho, el dolor en las cosillas, la garganta desgarrada y la cara colorada.
7 años 7 meses y 16 días de temblor, vértigo y mariposas en la panza han terminado y mi nariz helada no sabe si enterrarse en nuevos sabores o limpiarse las lágrimas.
Todo acaba. El punto final llega ala cuentos. Los finales felices pasan en las novelas. La vida real es menos colorida. Pálidas eran tus manos sobre mis muslos, hoy helados y firmes alejados del temblor de sentir tus piernas entre las mías. Hoy mis labios no queman y mi cuello no se vestirá a juego con Octubre. Pero me siento muy cercana a ese mes, me siento muy herida y sobre todo, me siento apaleado y amarrada a una columna después de una traición.
Aún puedo escuchar tu voz retumbando en mis oídos diciendo que me amas antes de dormir, aún siento tu espalda en mis labios, aún siento tus caderas junto a las mías y aún puedo ver el vaso llenarse de lágrimas derramadas.
Esa última gota se ríe, es casi un triunfo para ella ser la última y ver como chorrean las demás temerosas pero decididas a mezclarse con la madera. Qué poético, 7 años, 7 meses y 7 soles vale nuestro amor. En esa fosa donde enterraré millones de peluches y fotos meteré también esos 7 soles con una sonrisa. 7 años, 7 meses, 7 soles y 7 lunas voy tardaré en olvidar.

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