17 de enero de 2009

Silencios *


Y le silencio del celular en el bolsillo le parece acosador, la aficcian y envuelve en susurros de los pasajeros y gritos de un mestizo cobrador lleno de anillos y tatuajes que luce en las manos.

Musica a reventar en los oidos...

E se baja varios paraderos antes que el suyo, el mismo en el que se bajò la noche del primer beso, cuando sentìa que la sangre le herbia de ganas de seguirla besando y que mordieran sus labios, y con preguntas sin respuestas camina dudando hasta de su propio nombre. La sinrazòn de sus incognitas destruye su cabeza. No quiere pensar, roza sus labios con la yema de sus dedos y aùn siente el sabor de los otros labios, aùn puede ver sus ojos claros insitandola a besarlos, temerosa se atreve a preguntarse si 39 horas son suficientes como para cansarse de luchar.

¿Quièn decide cuando?
Minutos de màs, minutos de menos; y el Sol entra por la ventana.

2 comentarios:

Edson "Lobo" Meléndez dijo...

Me gusta especialmente la parte en te preguntas quien decide cuando es momento de cansarse de luchar...
Me gusto, cinco pulgares arriba.
Siga blogeando.
Atte.
Beto Malatesta
Pd: No uso tildes.

Gustavo Ochoa Morán dijo...

Hey, ese final parece un Hayku. "Entra el Sol por la ventana".

Opino lo mismo.
No dudes, sigue escribiendo.