15 de julio de 2008

08*

La noche cubre con oscuridad
las calles pequeñas de Miraflores,
callezuelas desiertas, una boutique sin moda, cafeteras vacías.
Mis manos caen desganas
sobre mis muslos y mi duro pantalón,
el cigarrillo se va consumiendo y estoy cansada para pitear.
La gastritis se confunde
con mariposas en la panza
"Mariposas oscuras
Muertas junto a los faroles"
El bolsillo dejó vibrar hace días
desde que mis labios se parten
por la sequedad de la ausencia de tus malditos besos
Mi garganta pelea conmigo
a decidido dejar de hablar
[tú lo hacías también]
y en cambio saca esta artificial voz, forzada y dolorosa.
Travestis, locas, Diosas, alcohol
acompañan a mi tacos a casa
¡Vibra!... Pero no vibra.
Estrellas, camino a la gloria;
ella camina bordeando a esas de tu cintura a tus caderas
y entiendo.
El bolsillo no vibra, pero mi cuerpo tiembla.

Todavía cantan los grillos
Trovadores del campo
Tristes y dulces
Señales de la noche pasada
José María Eguren

2 comentarios:

hpereyraf dijo...

Sabes? he amado este escrito (es un poema sin ser un poema y es mas organico ... mas real ay es q no se como definirlo asumo q me entiendes)... me he visto caminando a tu lado ... las frias calles de Miraflores, esas calles donde he pasado tantas cosas uhmm

Rolando Escaró dijo...

esas frias calles me recordaron una larga y triste avenida...

creo que en algún momento,todos transitamos esa senda