28 de marzo de 2016

Culpa

-¿Es necesaria la risa?
-Sabía que esto pasaría- Sonríe conteniendo la carcajada- Haz vuelto. Por un motivo u otro, siempre...
-¡No siempre!
-... siempre corres como niña chiquita a refugiarte de tus malos pensamientos encerrada entre el verde, la madera y el escritorio. ¿De qué tiene que arrepentirse hoy la niña? ¿Qué maldad, qué mentira han dicho esos labios? ¿Qué cama ha recorrido?
-¿Sabes cuantas veces...?
-Cientos veces.
- ¿..dije que lo prefería muerto? Y ahora está ahí, sobre el acero frío, asustado, tratando de hacer bromas y yo, yo estoy sola, hace calor, sudo y tiemblo. ´
-Tiemblan juntos.
-No estamos juntos. Él está ahí dentro y yo....
-Y tú estás escondida tras el escritorio sintiéndote culpable por todo...
-¡No te atrevas a decirme como me siento!
-... culpable por no estar con ella, por no estar con él, por estar nerviosa, por tener miedo, por querer llorar. Te sientes culpable por hacer bromas, ¿saber por qué? porque tienes miedo, miedo de reírte tan fuerte que empieces a llorar.
-¿Sabes cuantas veces pedí que ella vuelva a cambio de él? ¿Sabes cuantas veces lloré porque él me abrazaba y no ella? ¿Cuantas veces lo maldije y la maldije a ella? Y ahora...
-Y ahora sientes culpa.
-Y ahora tiembla, tiene frío, tiene miedo, no hace bromas y tiene hipo. 

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