9 de febrero de 2016

s/t

Tu estúpida necedad de ser la del espejo


me supo conducir hacia aquella moribunda sirena.


Sus cabellos negros flotaban en la húmeda arena,


a la que no debió jamás llegar,


había abandonado su escamosa piel.


Lloraba suplicando, por fin, morir.


Sus labios rojos se mojaban en verde.


Heroína frustrada, no has podido salvarme


te aferras a un inexistente junto a mi carne podrida


y ahora, la amarras a lo que ella quiere abandonar


la atas a una vida que muere por dejar


Esa mujer de labios gruesos envuelta en sus ondas


vuelve de entre las peligrosas penumbras


buscando el camino hacia la insensible oscuridad.


Como una Afrodita se sumerge en su infinito mar


confiando en que la muerte la vendrá a buscar.


Y has llegado, pescadora de almas,


tratando una sierva de recuperar.


Mi sirena regresa al mar


mueve la cola, se zambulle, desaparece


sonríes complacida, ella es la que vivió


mientras yo, acaricio cada marca, cada cicatriz.


Olas que mueren en mis muslos


por cada golpeteo, una gota más

1 comentario:

Lise Laguna. dijo...

Por favor no lo vuelvas a dejar, sigue escribiendo asi Morena!