Tu estúpida necedad de ser la del espejo
me supo conducir hacia aquella moribunda sirena.
Sus cabellos negros flotaban en la húmeda arena,
a la que no debió jamás llegar,
había abandonado su escamosa piel.
Lloraba suplicando, por fin, morir.
Sus labios rojos se mojaban en verde.
Heroína frustrada, no has podido salvarme
te aferras a un inexistente junto a mi carne podrida
y ahora, la amarras a lo que ella quiere abandonar
la atas a una vida que muere por dejar
Esa mujer de labios gruesos envuelta en sus ondas
vuelve de entre las peligrosas penumbras
buscando el camino hacia la insensible oscuridad.
Como una Afrodita se sumerge en su infinito mar
confiando en que la muerte la vendrá a buscar.
Y has llegado, pescadora de almas,
tratando una sierva de recuperar.
Mi sirena regresa al mar
mueve la cola, se zambulle, desaparece
sonríes complacida, ella es la que vivió
mientras yo, acaricio cada marca, cada cicatriz.
Olas que mueren en mis muslos
por cada golpeteo, una gota más
1 comentario:
Por favor no lo vuelvas a dejar, sigue escribiendo asi Morena!
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